Todos estábamos convencidos de que el mundo iba a convertirse en el imperio de lo visual, un lugar lleno de imágenes; pero si miramos a nuestro alrededor, lo único que vemos es gente que no para de escribir, leer y textear: vivimos inmersos en el lenguaje de un modo que jamás nadie se había atrevido a soñar, polemiza Kenneth Goldsmith. Una de las tesis centrales de este libro es que el surgimiento del lenguaje digital, y de Internet específicamente (el poema más grande jamás escrito), representa nuevos desafíos para los escritores actuales, así como en el siglo xx el surgimiento de la fotografía obligó a que los pintores replantearan su tarea. Confrontados por primera vez con un entorno digital que pone a nuestra disposición una cantidad de texto sin precedentes, junto con una serie de técnicas novedosas que nos permiten intervenirlo y manipularlo, nos vemos obligados a repensar las nociones tradicionales de originalidad, escritura y autoría. En los ensayos reunidos en este volumen, Goldsmith traza un mapa de aquellas prácticas y textualidades que asumieron esa tarea, dando forma a aquello que el autor define como escritura no-creativa. Una tradición que toma muchas de sus estrategias del arte de vanguardia (período que Goldsmith se ha encargado de documentar y difundir como fundador de la más vasta biblioteca online de arte exprimental, Ubuweb), y que encuentra en el nuevo paisaje digital el contexto ideal para desplegar todas sus potencialidades. Prácticas novedosas como el uso de la programación o de los resultados de las búsquedas en Google para crear poesía, la composición de collages textuales a partir del cut and paste o de la navegación ociosa en Internet, continúan e intensifican los experimentos radicales de Georges Perec, los ready-made de Duchamp, los cut-ups y fold-ins de William S. Burroughs, la deriva en trance de Benjamin, el détournement situacionista o las estrategias plagiarias de Jeff Koons y Andy Warhol, ofreciendo nuevos modelos de producción estética acordes al desarrollo de la cultura digital.