Konrad Fiedler (1841-1895) no fue un erudito al uso. Jurista de profesión, coleccionista, estudioso y mecenas, parecía en principio una personalidad tangencial al mundo del arte y, desde luego, al de la academia y la universidad, tan estrechamente relacionadas en su tiempo. Sus escritos reflejan su peculiar situación y desbordan los límites académicos que solían ser habituales...