La obra y la vida políticas de Antonio Gramsci han sido objeto de fragmentaciones y “usos” diversos –malentendidos unos, otros tendenciosos. Encerrándolo en límites estrechos (“espontaneísta”, “leninista”, sospechoso de socialdemocratismo, anunciador del “amplio frente popular” etc.), se ha intentado rebajar el significado histórico de este enorme revolucionario. Este libro en modo alguno propone buscar la relación entre los diversos textos gramscianos. Lo que interesa ver es la relación entre la teoría y la práctica que paso a paso fue construyendo; la forma en que trató de resolver par Italia lo que Lenin intentó para Rusia. La propuesta es ver su obra como el testimonio ideológico y político de una estrategia de largo alcance para la conquista del poder, así como, en consecuencia, evidenciar que sus análisis constituyen una herencia teórica universal. La obra consta de tres momentos teóricos o cuerpos conceptuales: el primero abarca el tiempo de la ofensiva revolucionaria (hasta 1921); el segundo, el del reflujo, el de la defensiva, el de la construcción del Partido Comunista Italiano; el tercero, el de la reflexión desde la doble derrota: la impuesta por el fascismo y por la degradación progresiva de la Internacional Comunista.