En este segundo volumen de los Escritos, el autor desarrolla el valor eclesial de la antropología teológica: cómo el ser del hombre llamado en Cristo sólo encuentra su perspectiva en relación a la Iglesia. Es una auténtica revisión del concepto de Iglesia desde el punto de vista de la economía de salvación con una especial referencia al aspecto sacramental y escatológico.