La tensión entre la demanda de asistencia y los recursos a proveer ha aumentado la necesidad de una mejor información sobre la efectividad clínica en el establecimiento de prioridades. No toda la asistencia clínica es eficaz y precisamente los resultados de la asistencia constituyen la mejor forma de juzgar su eficacia. Todas estas influencias han acrecentado el valor de la buena práctica clínica y de los profesionales que pueden llevar a cabo e interpretar correctamente dicha investigación. Los conocimientos de laboratorio y la epidemiología se complementan entre sí y no constituyen alternativas o competidores. Al preparar la 2ª edición de este texto, los autores han tenido en cuenta tanto los radicales cambios de la medicina como aquellos aspectos que han permanecido invariables. Se han actualizado todos los ejemplos en el reconocimiento de que algunas enfermedades, tales como el SIDA, son nuevas; y otras como la enfermedad ulcerosa péptica son mejor conocidas. Esta edición se dirige principalmente a los clínicos que desean disponer de unos conocimientos sistemáticos de cómo se desarrolla y evalúa la base de las pruebas para la asistencia del paciente.