El asociacionismo agrario de las últimas seis décadas ha sido una especie de "pariente pobre" del fenómeno asociativo en la historiografía española, al menos en comparación con el obrero o con el desarrollado con anterioridad al franquismo. Pero en las últimas décadas, se han ido llenando las múltiples lagunas que habían provocado cuarenta años de dictadura gracias a las investigaciones de eminentes economistas, sociólogos e historiadores. Para establecer un estado de la cuestión desde una perspectiva interdisciplinar, la Universidad de Castilla-La Mancha reunió en septiembre de 2000 a buena parte de los mejores especialistas en un curso de verano celebrado en el marco incomparable de la manchega ciudad de Almagro -perteneciente a esa España rural que protagoniza estas páginas- con el impulso del Grupo de Estudios de Asociacionismo y Sociabilidad (GEAS), que agrupa a varios profesores de historia contemporánea de la citada universidad.