La Humanidad, alejada de Dios, lejos de progresar se degrada cada vez más y descienda hacia la barbarie. El liberalismo, que proclama la libertad por encima de los mandatos divinos, no es más que el primer peldaño en la escalera del descenso; el siguiente e inevitable peldaño será el socialismo, negador de la propiedad; los burgueses se rebelaron contra Dios, pero en el futuro los proletarios se rebelarán contra los burgueses.