La mayoría de los consumidores que están preocupados por ahorrar siguen pautas con las que apenas consiguen los objetivos deseados y, en muchos casos, lo hacen en detrimento del confort. Como en la salud, es más importante prevenir que curar. La norma más efectiva y beneficiosa radica en evitar el derroche y no en disminuir los servicios. Se consume más por lo que nadie utiliza, que por cubrir las necesidades domésticas. No son necesarios grandes conocimientos pero sí una gran dosis de sentido común. Esta ’Guía del ahorro doméstico’ está basada en la experiencia de personas que han logrado una significativa reducción de consumo sin reducir su bienestar.