Los papas - que aquí citamos desde León XIII a Benedicto XVI. nos vienen hablando reiteradamente del culto y amor al Corazón de Jesús como de un signo providencial para vivir la fe en nuestros días. En él encontraremos el mejor antídoto para el secularismo dominante, para la tibieza de la fe y del amor, y para el equilibrio ante tantas desviaciones como nos amenazan. Este Corazón es el "catecismo vivo" donde aprender todas las verdades de fe relativas a Cristo. por ello sigue siendo, según el magisterio pontificio, el camino más seguro para ir construyendo la civilización del amor.