Desde Darwin la evolución humana se ha atribuido a nuestra inteligencia y adaptabilidad. Pero en En llamas, el renombrado primatólogo Richard Wrangham presenta una alternativa sorprendente: nuestro éxito evolutivo es el resultado de la cocina. El cambio de alimentos crudos a alimentos cocidos fue el factor clave en la evolución humana. Una vez que se comenzó a cocinar, el tracto digestivo humano se contrajo y el cerebro creció. El tiempo, una vez dedicado a masticar alimentos crudos y duros, podría ser demandado para cazar y cuidar el campamento. La cocina se convirtió en la base para la unión de pareja y el matrimonio, creó el hogar e incluso condujo a una división sexual del trabajo. En resumen, una vez que nuestros antepasados se adaptaron al uso del fuego, la humanidad comenzó.