En este sugerente ensayo, Carla Carmona trata de reflejar la visión del mundo del pintor Egon Schiele destacando las relaciones de parentesco que se dan entre su obra y la de algunos de sus contemporáneos, principalmente Wittgenstein y Trakl. Asimismo, intenta esclarecer su gramática, en la medida en que el artista participó de la crisis del lenguaje característica de la Viena finisecular, aspecto generalmente negligido cuando se le cataloga expeditivamente de expresionista. Un libro iluminador sobre un momento fundamental de la cultura europea contemporánea.