¿Qué pueden tener en común el encuentro casual entre Claude Lévi-Strauss y André Breton en un barco rumbo a Martinica con una jam que se organiza espontáneamente en un club nocturno después de la hora de cierre? ¿De qué manera pueden el art brut de Dubuffet, las prácticas esotéricas de Gurdjieff, las caligrafías de Henri Michaux, los principios taoístas del I Ching o las transcripciones en estado de trance hipnótico de Robert Desnos contribuir a una teoría de la improvisación? Al igual que la música de la que se ocupa, este libro no se desarrolla a través de una única línea argumentativa: su forma brota inesperadamente al entrelazar experiencias musicales y extramusicales que abordaron preguntas fundamentales sobre la naturaleza de la libertad y la espontaneidad humanas en ese momento crítico para las artes que tuvo lugar desde el período de entreguerras hasta fines de la década del sesenta. En esta primera entrega de lo que promete ser un recorrido en dos volúmenes, David Toop nos ofrece un panorama que no es ni estrictamente cronológico ni exclusivamente histórico de los orígenes de la improvisación. Los entrecruzamientos transnacionales, los contagios con las artes visuales, los pliegues entre bandas de música popular como The Beatles, Cream, Pink Floyd y grupos de improvisación libre como Group Ongaku, MEV, Nuova Consonanza o AMM, las incursiones pioneras de Art Tatum, Django Reinhardt y Lennie Tristano, la era de la indeterminación post-cageana en la composición o la ruptura vanguardista del free jazz son revisitados y puestos en diálogo con el objetivo de echar luz sobre una práctica que pareciera tener mucho para decirnos sobre la creatividad humana. Frente al creciente avance en nuestras sociedades de las técnicas de control, predictibilidad y management de las conductas, la música de improvisación subsiste como anomalía, conciencia, crítica y refugio. Esta obra propone una reflexión sobre el potencial subversivo oculto en estos arriesgados ejercicios de espontaneidad colectiva, que dieron la espalda a la autoridad del compositor o del director para descender al Maelström de lo imprevisto.