A partir de la década de 1990 se agudizó la crisis en las investigaciones sobre la otredad. Con el auge de los acercamientos teóricos posestructuralistas, poscoloniales e interaccionistas, la verdad producida por las etnografías tradicionales fue puesta en jaque, así como el problema de la representación, la autoridad y la autoría colaborativa. Los movimientos políticos, las voces indígenas y de las mujeres, profundizaron la brecha entre el saber construido desde el exterior de su militancia y el generado al interior. Finalmente, la revelación en los textos académicos más recientes de que las identidades son múltiples y sin esencia terminaron con las certezas que imaginaban los estudios acostumbrados a discurrir sobre el otro. Sin embargo, uno de los grandes problemas que enfrentan los investigadores es la escasez de guías que propongan maneras de poner en práctica estas reflexiones metodológicas y éticas. La presente publicación busca contribuir a subsanar esta carencia ofreciendo pautas a considerar cuando se emprende la investigación con el otro, desde planeación, la aproximación al campo, las técnicas y la producción de resultados. La propuesta de métodos horizontales parte de nuestras propias experiencias y se basa en que la teoría y la práctica son parte de un mismo proceso. Es sintomático del eurocentrismo científico que la teoría sea concebida como abstracción separada de los datos y que el saber generado sea incompatible con la producción de conocimiento desde la observación de los fenómenos cotidianos y tradicionales no occidentales. El presente trabajo reúne textos de varias disciplinas académicas (antropología, comunicación, sociología, historia) que se caracterizan por su combinación de reflexiones metodológicas e investigaciones empíricas. No tienen el propósito de presentar “soluciones”, aunque quieren aclarar problemas metodológico-políticos y emprender los primeros pasos para su solución.