Tradicionalmente la Psicología apenas se ha interesado por investigar las emociones positivas, que además son más complejas y más difusas en sus efectos que las negativas. Pero el avance en los métodos de investigación y un particular cambio en la orientación de la Psicología han propiciado recientemente un importante esfuerzo por estudiar las emociones positivas, quedando al descubierto un potencial aún mayor, si cabe, que el de las emociones negativas. Así, las emociones positivas proveen a las personas de capacidades cognitivas especiales, proporcionando unos guiones de comportamiento más amplios y ricos que los que propician las negativas, es decir, permiten ser más creativos y disfrutar más de la vida. Son un elemento esencial de la interacción social, por su característica bidireccional, ya que las personas no sólo se acercan a otras que muestran este tipo de emociones, sino que éstas pueden ser una fuente inagotable de emocionalidad positiva para ellas. Las emociones positivas hacen al ser humano más resistente a las adversidades de la vida y le permiten desarrollar un conocimiento más profundo de las situaciones. Todo ello crea, a su vez, condiciones y capacidades para experimentar nuevas emociones positivas. Este libro pretende revisar estas recientes aportaciones, que no sólo aportan luz sobre un campo que hasta el momento había sido poco estudiado, sino que están suponiendo una transformación radical en la orientación de la Psicología.