Embajada a Tamorlán es la crónica del viaje que los embajadores del rey Enrique III de Castilla llevaron a cabo hasta la lejana corte de Tamorlán, heredero de una parte del imperio de Gengis Kan. Atribuida su autoría a Ruy González de Clavijo, aunque quizá su autor fuese Alfonso Páez de Santa María, expedicionarios ambos en la aventura, y redactada probablemente en 1406, Embajada a Tamorlán narra la experiencia que vivieron los viajeros desde su partida de Sanlúcar, en mayo de 1403, hasta su regreso a Alcalá de Henares, en marzo de 1406. En sus páginas nos ofrecen el punto de vista europeo acerca de la vida asiática, y describen ciudades especialmente Constantinopla y Samarcanda-, fenómenos de la naturaleza, flora y fauna, gentes que encuentran a su paso y, de un modo muy especial, a Tamorlán y su entorno. La obra fue traducida rápidamente al aragonés lengua diplomática de la época-, inglés, ruso, francés, persa y turco, y es el episodio más importante de la diplomacia medieval castellana, hasta el punto de ser, tal vez, el único de sus testimonios que ha llegado a universal conocimiento y que ha alcanzado verdadera difusión, según afirma el historiador M. A. Ochoa Brun. Como obra literaria mereció figurar en el Diccionario de Autoridades en la Lista de autores elegidos por la Real Academia para el uso de voces y modos de hablar entre los escogidos para documentar la prosa desde 1400 a 1500. Texto poco conocido, salvo para medievalistas y diplomáticos, debería formar parte de las lecturas obligadas de los amantes de los libros de viajes y de aventuras. FRANCISCO LÓPEZ ESTRADA fue catedrático de Literatura Española en las Universidades de La Laguna, Sevilla y Complutense de Madrid, en la que hoy es profesor emérito honorífico.