Elogio de la antropología histórica parte de una constatación primordial: que el estudio de la sociedad no se puede emprender sin considerar el peso de la historia y que las separaciones académicas entre disciplinas deberían poder ser superadas en beneficio del conocimiento. La antropología no se puede limitar a situar su objeto en su contexto inmediato, sino que su propio sujeto de estudio es la sociedad como un problema histórico. El libro muestra los complejos intentos de superar esta separación, presentando enfoques, metodologías y aplicaciones directas al estudio de las relaciones de poder y los sistemas de clasificación social, con una especial atención a la reconstrucción de las situaciones coloniales.