Este libro analiza un aspecto determinado de la caída del régimen comunista en la Unión Soviética: la influencia reciproca entre el comportamiento de las élites políticas y el de las masas y su impacto sobre el resultado final del proceso de cambio. El libro ofrece una explicación en términos de estrategias y del cálculo político de los actores a las numerosas paradojas que aparentemente acompañaron la relación entre las élites políticas soviéticas y el movimiento minero. Esta obra concluye cuestionando la idea, extendida entre los análisis políticos de las transiciones a la democracia, de que el caso soviético es un ejemplo típico de transición por imposición, permanentemente controlada desde arriba por las élites en el poder. Por el contrario, el comportamiento de las masas tuvo un impacto fundamental sobre el proceso de transformación política en la URSS, debido a su influencia, en ocasiones determinante, sobre las estrategias de acción y las decisiones de las élites políticas responsables del cambio. Por último, la obra se aleja de los estudios anteriores sobre transiciones a la democracia al defender la relevancia de desagregar el nivel de análisis, relajando el supuesto de que los actores colectivos son internamente homogéneos y demostrando que los actores del régimen se comportan de manera distinta en los distintos niveles de la estructura institucional del Estado.