Las élites agrarias en la Península Ibérica son interrogadas acerca de la racionalidad y legitimidad de sus actuaciones en el Estado liberal y en la formación de la sociedad contemporánea: si los viejos y nuevos señores de la tierra se manifestaroin en el siglo XIX conforme a la imagen estblecida de una minoría cerrada, tradicional y conservadora o si por el contratio, cumplieron con el papel quie las propias élites se asignan de liderar el cambio histórico.