Las elegías copiadas por un escriba desconocido en la Inglaterra anglosajona a finales del siglo X constituyen un legado lleno de luz que contradice el retrato renacentista sobre el vacío cultural que siguió a la caída de Roma. Esta antología nos traslada a un mundo de señores y guerreros, de aves marinas y mares nórdicos, de hombres errantes y mujeres solas, junto con recuerdos de viejos mitos. Cruce y fusión entre el mundo heroico germánico y las esperanzas trascendentes o los temores milenaristas del cristianismo medieval, estas elegías tan melancólicas como esplendorosas son un monumento literario de la poesía universal. La presente traducción, ajena a cualquier paráfrasis simplificadora, rescata la complejidad formal y temática de estos singulares poemas. Un extenso estudio preliminar enriquece su lectura.