No hace mucho, un conocido mío, directivo financiero, me comentó con cierta pesadumbre: «La gente no sabe redactar. Leer informes se ha convertido en un suplicio para mí. Tengo cada vez más dificultades para entender lo que escriben mis colaboradores. No dudo de que comprenden bien los conceptos, pero no saben formularlos con claridad». Sin elaborar informes correctamente, el profesional financiero es muy probable que fracase en su propósito. No solo debe dominar las diferentes técnicas del análisis económico-financiero, también debe saber elaborar informes que sustenten los estudios previamente realizados. De poco vale haber desarrollado una hoja de cálculo complejísima si no se sabe comunicar el mensaje principal que se deriva de su análisis. Un departamento financiero es, esencialmente, un departamento de reporting. Tenemos que comunicar eficazmente el diagnóstico realizado y proponer medidas que apoyen la toma de decisiones. Los informes tienen que ser claros, breves y concisos. Estéticamente deben ser impecables y no contener errores ortográficos ni de sintaxis. Este texto pretende cubrir todos estos objetivos. Tras su estudio, el lector deberá estar en condiciones de elaborar los seis tipos de informes más habituales que se suele encontrar un profesional financiero: una memoria contable, un informe de análisis integrado económico-financiero, un informe de control presupuestario, un cuadro de mando, un reporte de análisis de inversiones y valoración de empresas y una presentación de naturaleza económico-financiera.