Cuando el rey Minos recibe la noticia de que su hijo, el Minotauro, ha sido asesinado por Teseo, y que este ha logrado escapar del laberinto concebido por Dédalo, decide encarcelar al arquitecto y a su hijo, Ícaro, en lo alto de la torre de la intrincada construcción. Aunque parece imposible salir de allí, ambos van a emplear todo su ingenio, paciencia y esfuerzo en intentar escapar.
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