El plan que traza este libro es abarcar cuatro siglos de la vida vinícola cotidiana de Madrid y su región en sus diferentes parcelas. Dedicandonos a los que han sido durante esos cuatrocientos años los vinos producidos dentro del territorio de la Comunidad, además de los vinos que, teniendo otras procedencias, encontraron su principal y casi exclusivo destino en los gaznates de los habitantes de la Corte, lo que llamamos otros vinos de Madrid; y daremos cuenta de los vinos de Palacio, esto es, presentaremos una breve historia de la cava o bodega real. Durante este viaje a través de los vinos de Madrid, no solo hay que descubrir al componente alimenticio de la dieta mediterránea en que por fin la reciente Ley del Vino le ha convertido, sino al compañero que, consumido en su justa medida, repercute positivamente en nuestra salud y en nuestra mesa. La vid, ligada desde tiempos inmemoriales a la historia de la humanidad, por qué no había de estarlo a la de un Madrid que abre las puertas a las bondades de la cultura mediterránea. La vid, en Madrid, completa el entorno social y medioambiental, legado de nuestros mayores, y la mejor apuesta para conseguir esa suma de lo rural y lo urbano, al fin y al cabo, esa suma de todos.