Esta obra es el punto de vista de un historiador cubano nacido junto al resultado revolucionario del primero de enero de 1959, pensada desde la distancia. Tras comprobar la orientación intencionalmente construida de ese fenómeno histórico conocido como Revolución cubana, el autor atribuye a Fidel Castro el papel principal en la concesión de sentido a la acción colectiva en Cuba.