El uso de términos propios de los sectores asegurador y automovilístico hace que, cuando se acude al texto contenido en la póliza, a un concesionario, e incluso a Internet, para estimar el importe de un vehículo, se planteen, entre otras, cuestiones como: ¿Qué es el valor venal? ¿Y el de afección? ¿Se usan las tablas de depreciación para calcularlo? ¿Es lo mismo que el de mercado? ¿Cómo se calcula? ¿Se puede reparar y luego reclamar? Todos estos valores son de aplicación para siniestros de tráfico y de robo o incendio, por lo que su delimitación es especialmente útil. Mediante la selección de la jurisprudencia más relevante se responde a las anteriores preguntas, y se analizan los métodos de tasación habitualmente utilizados, como son las conocidas tablas GANVAM o las oficiales de los precios medios de venta de vehículos.