Una mujer que huye de su tierra con los ojos cerrados y aprende a mirar de frente en un mundo que aún desconoce la palabra libertad. Más allá del horizonte, una tierra repleta de nuevas oportunidades espera. «Siempre puedo volver», va pensando la joven cuáquera Honor Bright. Mientras el barco parte de Bristol hacia tierras americanas, esta idea fija alivia sus dudas y lejos está la sospecha de que nunca verá de nuevo a su querida Inglaterra... Tras una larga y angustiosa travesía en barco, un trágico acontecimiento obliga a Honor a enfrentarse a un mundo extraño y hostil. El Ohio de 1850 es un lugar precario, que no ofrece comodidades ni admite sensiblerías. El sol de verano en los maizales es abrasador, las tormentas de otoño pueden ser devastadoras y en invierno la nieve cae sin misericordia. Las calles están llenas de lodo y escupitajos, y los bosques acogen animales y hombres extraños: por ahí andan mofetas y mapaches, pero también los esclavos fugitivos que cada día pasan por estas tierras en busca de libertad. Honor pronto aprende que valores como la compasión y la igualdad no tienen cabida en este lugar, marcado aun por el lastre de la esclavitud. Solo la dignidad la mantiene viva y le da fuerzas para seguir adelante por un camino donde no hay espacio ni tiempo para tomar el té de las cinco de la tarde. La autora de La joven de la perla regresa con fuerza de la mano de esta nueva heroína, una mujer que huye de su tierra con los ojos cerrados y aprende a mirar de frente en un mundo que aún desconoce la palabra libertad.