El último catalán es una novela satírica, irónica y entrañable que, aunque dice verdades como puños, suscitará en el lector una sucesión de carcajadas. José Claramunt, un payés de un pueblo perdido de los Pirineos, recibe una carta de la República Independiente de Cataluña. Su masía, refugio multisecular de su saga familiar, va a ser confiscada. Para tratar de impedirlo se ve obligado a atravesar una Cataluña en la que los hombres como él ya no tienen cabida. Este tema sirve de excusa al autor para presentarnos las consecuencias de una Cataluña independiente del resto de España. Los personajes que aparecen, unos estrafalarios, otros entrañables, representan la paranoia colectiva que se puede alcanzar cuando se pierde el sentido común. Las alegorías, en clave irónica, a lo que se está viviendo actualmente quedan reflejadas en políticos reales o sombras ficticias de ellos, aunque fácilmente reconocibles. Con todo, el lector podrá despertar en sí reflexiones sobre la realidad: la que es y la que podría llegar a ser.