Al ponerse dos trenes a la misma altura, la pasajera Elspeth McGillicuddy observa atónita desde su ventanilla cómo en el vagón de en frente un hombre estrangula a una mujer. Convencida de haberse convertido en testigo directo de un asesinato, la horrorizada Mrs. McGillicuddy se apresura a denunciar el crimen. Sin embargo, y ante su sorpresa, la policía desestima su declaración al no encontrarse ningún cadáver. Por suerte para ella, su amiga Jane Marple sí la cree y, sin perder ni un minuto, comienza la búsqueda de la víctima y de su agresor. Gracias a su sagacidad y a la ayuda de Lucy Eylesbarrow, la perspicaz Miss Marple no tarda en encontrar una serie de pistas y a más de un sospechoso de haber cometido el espantoso crimen.