El libro «El Tren de Hervás» pretende mantener viva en la memoria colectiva la enorme influencia que el ferrocarril tuvo, tanto en lo económico como en lo social y cultural, para la sociedad hervasense de finales del siglo XIX y buena parte del XX. La ventaja que supuso comercializar productos y mercancías con la rapidez del nuevo transporte y la fluidez en el movimiento de personas representaron una auténtica revolución. Los que desde niños crecimos con el ferrocarril integrado como un elemento cotidiano más de nuestra vida sentimos la nostalgia de aquellas experiencias vividas en torno al tren. Aquellas máquinas vetustas y poderosas que arrastraban vagones de madera cargados de personas y mercancías, y que a la voz «qué viene el tren» surgían humeantes rompiendo el perfil del Berrocal y descendían lentamente por la ladera de la montaña mientras los pasajeros se preparaban para partir. Eran tiempos de cestas de mimbre, de maletas de cartón... de trenes con nombre propio, como el «martero» y el «viernero». El Libro de Reclamaciones de la Estación, que se reproduce con todo lujo de detalles, nos sumerge con pinceladas de realismo, en cómo era el día a día de viajeros y comerciantes. Poco a poco con la aparición de nuevos medios de transporte más rápidos y eficaces, el tren y sus caminos de hierro fueron declinando lentamente hacia su ocaso.