La primera novela basada en la serie El Ministerio del tiempo, gran éxito de TVE. En la biblioteca de un convento, alguien fotografía un códice del siglo VIII. Pasando páginas, llega a una en la que con caligrafía moderna se lee: «Me llamo Elías Sotoca y estoy atrapado en el año 780». Cuando la noticia llega al Ministerio del Tiempo, la sorpresa es total. Sotoca es un agente de alto nivel al que se dio por desaparecido hace años. Amelia, Alonso y Julián parten de inmediato hacia 780 para rescatar al compañero perdido. Tras la misión en el medievo, la patrulla acaba por error en Cartagena de Indias, uno de los puertos más importantes de la época colonial, en el año 1603. Allí deben convencer al capitán de uno de los galeones de que les permita embarcar, como paso previo para regresar a 2016. Pero entonces conocerán a un personaje histórico que sobrevive en el anonimato y que deberán salvar para que la historia no cambie. Cuando parece que todo ha terminado, se produce una emergencia que requiere la inmediata participación de los agentes; con apenas 20 años, Lola Mendieta que aún no ha ingresado en el Ministerio es detenida por los nazis en Canfranc. ¿El motivo? Ser espía de las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. Lo que en principio parece una sencilla misión de rescate se complicará hasta el punto de que la victoria final de los aliados sobre los nazis se ponga en peligro. Tres misiones. Tres épocas. Y un sinfín de aventuras con el personaje de Lola Mendieta como leitmotiv entre ellas. Bienvenidos a la primera novela de El Ministerio del Tiempo titulada, como no podía ser de otra manera, El tiempo es el que es.