Una narración de “género” es la que se ajusta a las reglas escritas o compartidas por los lectores que se mueven, dentro de estos relatos, en un terreno conocido, donde identifican el carácter de los personajes, donde existe un grado de previsión en la trama que se cumple con rigor, y donde el clima y el tono del relato le resultan familiares. El silbido del lobo, tienen mucho de narración de género negro, de aventura de súper héroes, de película americana de los años 40 y 50. Un aire retro que le viene dado, también, por la elección de la técnica de la ilustración que imita el grabado, el uso de los colores, la textura granulada que parece crear una neblina misteriosa… Lo extraordinario de las buenas historias de género es que aun sujetándose al rigor de las reglas, siempre guardan sorpresas. Este relato es denso porque cuenta muchas cosas con el texto y con la ilustración. Guiños, detalles, escenarios complejos, animales antropomórficos, invitan al lector a volver varias veces sobre el libro para apreciar su singularidad. Quizá la historia es una precuela en la que se explica por qué el lobo del cuento de los tres cerditos se empleó tan a fondo en destruir las casas de estos. Quizá la historia se centra en el fracaso de los humildes y en los deseos que no se cumplen o en de la fragilidad de los súper héroes. Quizá también, en la fuerza del bien o en la venganza como último recurso para vencer a los abusones. Todo esto y más en un libro de pequeño tamaño y tapa dura, que tiene algo de cómic, sin serlo, que despierta mucha ternura y nos lleva a escenarios conocidos, de los que todos tenemos referencias por el cine, la publicidad, los tebeos…cobrando aquí una dimensión ética muy acorde con los tiempos. Un libro más que interesante.