El seguimiento de Jesús se convierte en la fórmula breve del cristianismo, porque enuncia la recuperación de Jesús y el modo de recuperarlo. Tiene la virtualidad de resumir la totalidad de la vida cristiana y de evocarla desde lo concreto. Tiene el carácter de norma y también de ánimo para su realización, de exigencia por lo costoso y de gozo por haber encontrado la perla preciosa.