La lucha entre rey y pueblo es el motor de la historia política y constitucional, del mismo modo que la lucha de clases lo es de la historia económica y social. Si hay un punto de partida para el libro, es éste. "El Rey y el Pueblo. El constitucionalismo de la postguerra y la Propuesta de Constitución española" es la principal obra de un jurista maldito: Enrique Martí Jara. La publicó poco antes de morir con dos objetivos claros. No sólo quería destacar con argumentos jurídicos la desfachatez de la dictadura de Primo de Rivera, que en 1929 se disponía a imponer un texto aparentemente constitucional cuyo único fin era asegurar los poderes absolutos de Alfonso XIII. Además, el autor pretendía divulgar las doctrinas constitucionales en boga durante la Europa de entreguerras, en un momento en el que la iuspublicística española permanecía anclada en las teorías liberales del siglo XIX. En efecto, este libro es algo más que una crítica valiente a la monarquía y a la dictadura como su sostén. Y no sólo representa el esfuerzo pionero de sistematizar e interpretar el nuevo constitucionalismo democrático y social. Lo peculiar radica en el enfoque eminentemente republicano y socialista que guía el método de investigación de principio a fin. Se trata de un rara avis dentro de la ciencia jurídica desarrollada en el Estado español que, además, careció de discípulos o herederos claros. Rubén Pérez Trujillano ha rescatado un libro fundamental de un intelectual insólito, al que no duda en presentar como un "jurista partisano" y un "romántico constitucional".