La muerte ha invadido el apacible refugio de su granja de Londres, Ontario. Alguien ha descubierto su secreto mejor guardado. Alguien sabe que son hombres lobo y, quienquiera que sea, se ha propuesto destruirlos a todos. Henry Fitzroy, un vampiro residente en Toronto y escritor de novelas rosas, es el único al que pueden acudir. Pero este, obligado a esconderse durante el día, no puede dar caza al asesino solo. Por eso pide ayuda a Vicki Nelson, una ex policía que ahora trabaja como investigadora privada. Pero cuando empiecen a silbar las balas de plata, empezarán a temer que quizá ni siquiera los dos juntos sean capaces de seguir el rastro de sangre antes de que sea demasiado tarde... «Un terrorífico thriller de vampiros de nuestro tiempo, que combina página a página el suspense vertiginoso con el humor sarcástico» Judith y Garfield Reeve-Stevens