Hans Jonas, cuyas publicaciones sobre antropología filosófica han dado en las últimas décadas un impulso fundamental a la discusión ideológica internacional, desarrolla en «El principio vida» una concepción del mundo orgánico que intenta superar la división entre lo intelectual y lo material (espíritu y materia), que desde Descartes es la base de las ciencias y la filosofía. Un análisis crítico, la descripción e interpretación filosóficas de las facultades y funciones orgánicas demuestra que «lo orgánico» preconfigura ya en sus formas más elementales «lo espiritual», y que el espíritu, aun en sus más elevadas expresiones, continúa siendo parte de lo orgánico. Llevado a la fórmula más escueta, este libro presenta una interpretación ontológica de fenómenos biológicos. La lectura filosófica del texto biológico puede recuperar la dimensión interna de la comprensión de los fenómenos orgánicos y así hacer que la unidad físico-psíquica de la vida regrese al lugar central en la totalidad teórica, que había perdido desde hace tiempo. El provecho para la comprensión de lo orgánico será así también un beneficio para la comprensión de lo humano.