El príncipe constante, de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), deja su huella en toda la obra dramática de su autor, aunque sea una obra temprana (1629). En ella, con la simbología y la construcción barrocas, trata el autor de la tragedia existencial del intelectual de su tiempo que, sin poner en tela de juicio ni la fe ni el concepto de Estado, teme que la vida se asiente en una ilusión, en un sueño del que, sin embargo, no puede prescindir. La profesora Enrica Cancelliere, catedrática de la Universidad de Palermo (Italia), es una importante estudiosa de nuestra literatura barroca pero, además, tiene amplia experiencia teatral y sus versiones calderonianas, entre ellas la de la propia El príncipe constante, han recorrido los escenarios europeos. Ambas prácticas, la erudita y la teatral, le han permitido hacer una ya imprescindible edición de la obra, que cumple todas las exigencias.