Un siglo ha pasado desde que «Le Petit Larousse Illustré» saltó los Pirineos y se convirtió en una obra básica de consulta. Un diccionario de lengua española complementado con un diccionario enciclopédico y con unas páginas de color rosa (refranes, latinismos, frases célebres), a modo de separación entre ambas partes. De España saltó a América Latina, donde se convirtió en un referente que sigue gozando cada año de la atención de cientos de miles de lectores. En esta edición centenaria de «El Pequeño Larousse», sus editores han querido vestirlo para la ocasión, recuperando en cierta medida el aspecto de las obras de referencia, con materiales que entroncan con aquella primera edición en español. Y para ello, han confiado el diseño a un maestro de la tipografía y bibliófilo declarado, el escritor Andrés Trapiello. Con una encuadernación en holandesa y una selección de los tipos muy acertada, Trapiello además ha reinterpretado el histórico logo de la sembradora y ha actualizado el lema de la casa: Yo siembro en el viento. Para completar este volumen de coleccionista, los editores han incluido algunos guiños que enlazan con «El Pequeño Larousse» de hace un siglo: las guardas recuperan las banderas vigentes a principios del siglo XX, algunas de ellas verdaderas curiosidades, y reservan un espacio para los mapas de Europa y del mundo, tal como regían entonces, con sorpresas curiosas, imperios desvanecidos y estados que han recuperado su estatus después de un siglo tan convulso.