Cada año el número de personas con discapacidad aumenta considerablemente debido entre otros motivos a los accidentes de tráfico, o las nuevas enfermedades como puede ser el caso de la enfermedad de Alzheimer. Para ello es necesario articular mecanismos de protección, tanto públicos como privados o patrimoniales, para proteger a las personas con discapacidad. Y el patrimonio protegido responde precisamente a esa necesidad de elaborar instrumentos de protección patrimonial para que en un futuro, cuando falten sus familiares, no queden desamparados. El objeto por tanto de esta obra es analizar y dar a conocer a la sociedad la figura del patrimonio protegido, tanto sus aspectos positivos como aquellos negativos, y plantear posibles alternativas o soluciones a aquellos aspectos dudosos, para que esta institución tan necesaria pueda desplegar todos sus efectos y cumplir su objetivo, que es proteger económicamente a la persona con discapacidad para poder satisfacer sus necesidades básicas y evitar que quede desamparada.