El 15 de diciembre de 1636 Felipe IV impuso en el reino de Castilla el uso del papel sellado en contratos, escrituras y otros usos que se especificaban en su correspondiente regulación jurídica. Este trabajo abarca la imagen del sello exhibido en esta clase de papel, estableciendo las distintas fases evolutivas de su composición y justificando la aparición o modificación en algunos de sus elementos integrantes.