La mirada infantil posee el irresistible atractivo de lo primario, de lo elemental. Tal vez sea ésa la razón por la que tan a menudo nos cautiva con su candorosa lucidez. Cuando la realidad que eclosiona ante esa mirada es un hecho de las trágicas magnitudes de la Guerra Civil española, esa lucidez infantil –a veces paradójica, a veces descarnada, a veces piadosa– nos coloca certeramente ante nuestra propia realidad como seres humanos, ciudadanos y pueblos. En este relato memorialístico escrito a vuelapluma sobre el papel pautado de sus recuerdos infantiles, Jaime Rodríguez Salís sigue la estela trazada por su madre, Dolores Salís, en su portentoso libro de memorias Exilios (1936-1945) (2002, Alberdania). Ante los ojos del lector desfilarán, en unas ocasiones con minucioso detalle y en otras en elegantes trazos de esbozo pictórico, hechos, paisajes y personas que la sinrazón de una sublevación fascista contra la naciente República se afanó en teñir de odio, sangre y dolor. ÍndicePresentación (p. 7) -- Prólogo (p. 9) -- Irún (p. 11) -- Hendaya (p. 57) -- Biarritz (p. 75) -- San Sebastián (p. 81) -- Pasajes (p. 91) -- Posguerra (p. 109) -- Álbum fotográfico (p. 129)