El libro toma el título de uno de los relatos que componen en esta selección. En Crane lo visionario y lo práctico se combinan en un perfecto dominio de la técnica, como veremos en estos relatos que van desde sus primeros "experimentos" naturalistas sobre el lujo y la miseria de la ciudad de Nueva York hasta la fábula sobre el repudio de un "monstruo" en una pequeña ciudad provinciana. Como dijo Joseph Conrad: «Stephen Crane posee los ojos de un ser que no sólo ve visiones, sino que es capaz de cavilar sobre ellas con algún fin». Esta feliz combinación de conciencia útil y talante define perfectamente el espíritu de los relatos unidos en esta colección.Stephen Crane nació en Newark (New Jersey) en 1871, decimocuarto hijo de un pastor metodista. Aunque siguió algunos cursos en la Univesidad de Syracuse y en el Lafayette College, su formación fue incompleta e irregular, y siempre se reconoció como un mal estudiante. Trabajó como periodista en Syracuse y en Nueva York, donde su experiencia en los bajos fondos le llevó a escribir «Maggie, una chica de la calle» (1893). La novela, que publicó por su cuenta, pasó inadvertida , aunque con el tiempo habría de ser considerada la primera aportación americana a la estética naturalista. Colaboró con relatos y sketches en varios periódicos, pero el éxito le llegó con «La roja insignia del valor» (1894), cuyas innovaciones en el género de la novela de guerra tuvieron perdurable influencia.