La interdisciplinariedad se ha convertido en parte indispensable del léxico científico desde los años setenta, cuando Jean Piaget puso de relieve su incuestionable importancia para lograr que la ciencia respondiese a los problemas que se plantean en la sociedad contemporánea, no a los criterios e intereses de la comunidad científica. El reto de construir una ciencia basada en la cooperación entre disciplinas requiere modificar aspectos importantes de los hábitos y procedimientos de la comunidad científica y de los sistemas de evaluación y de financiación. El encuentro disciplinar solo es posible cuando se han desarrollado metodologías novedosas y marcos teóricos adecuados. La tarea es tan exigente que puede considerarse un mito, pero se dan experiencias que muestran que se puede afrontar con éxito en los sistemas de I+D si los organismos reguladores y las instituciones implicadas asumen un compromiso real.