Esta obra profundiza en la naturaleza específica del método socrático y, sobre todo, en sus posibilidades de aplicación en la actualidad, tanto en las aulas de bachillerato y de la universidad como fuera de ellas, en los más diversos ámbitos de la sociedad y con las más variadas finalidades. Por supuesto, no se pretende reproducir punto por punto lo que supuestamente Sócrates enseñó e hizo, cosa por lo demás imposible, sino más bien reconstruir y actualizar su práctica en un contexto, el nuestro, particularmente difícil para las más nobles finalidades educativas, acorraladas por el fracaso escolar, pero también por esa sonora mayoría según la cual las aulas no tienen otras funciones que las meramente adaptativas y acomodaticias, en sentido económico, social y político. El método socrático no reniega por completo de las destrezas instrumentales, de los conocimientos y aptitudes que se requieren para la adaptación a nuestro entorno económico, social y político, pero no reduce la enseñanza a la mera instrucción técnica. Su práctica es algo más ambiciosa: persigue que en los estudiantes se despierte un verdadero y permanente deseo de saber, de tal modo que sean ellos mismos los protagonistas activos de su propia formación. Con este fin, no parcela al individuo ni lo desgaja en competencias estancas, sino que trata de que la educación concierna a la propia dimensión existencial de quienes se dejen seducir por sus virtuosos oficiantes.