En una región como Cantabria, con una amplia tradición de trabajos paleolíticos, el análisis de las arquitecturas funerarias, de hace unos 6.000 años, sólo se ha abordado de forma ocasional y a partir de presupuestos poco sistemáticos. Esta obra supone la primera valoración global de la documentación arqueológica hoy disponible, atomizada en artículos o proyectos de muy diversa naturaleza.