El punto central de mi personalidad como artista es que soy un poeta dramático; continuamente tengo, en todo cuanto escribo, la exaltación íntima del poeta y la despersonalización del dramaturgo. Provisto de esta llave (...) pude abrir lentamente todas las cerraduras de mi expresión. Sepa que como poeta, siento; que como poeta dramático, siento despegándome de mí; que como dramático (sin poeta), traslado automáticamente lo que siento a una expresión ajena a lo que sentí, construyendo en la emoción una persona inexistente que la sintiese verdaderamente..., y por ello sintiese, en consecuencia, otras emociones que yo, puramente yo, me olvidé de sentir. El Marinero es el único poema dramático que Fernando Pessoa (1888-1935) publicó en vida. Conviene señalar que la composición del texto que nos ocupa se adelanta en casi seis meses al inicio del drama em gente pessoano, habida cuenta de que la lectura de El Marinero muestra algunos de los caminos que, a partir de 1914, va a seguir al poeta portugués. Este drama estático anuncia, pues, el proceso de creación dramática que le llevará a la que va a ser su más importante aventura literaria: el nacimiento de los heterónimos.