El siglo XIV en España nos ha dejado dos importantes monumentos musicales: el códice musical de Las Huelgas en Burgos, copiado en los albores del siglo, y el Llibre Vermell de Montserrat, copiado casi al final. El códice de Las Huelgas es una amplia colección de música sacra firmemente fundada en la tradición que venía de la catedral de Notre Dame en París, con toda la sofisticación de ese centro, pero con un enfoque relativamente estrecho, limitado al equivalente musical del «mester de clerecía». Sin embargo, la parte musical del Llibre Vermell es una pequeñísima colección de piezas de muy diversa índole, y en gran parte con características insólitas, que han llamado la atención de historiadores y sobre todo de ejecutantes, los cuales con frecuencia proyectan sobre este repertorio sus propias fantasías de un Medioevo español imaginario, aguijoneadas por el hecho de que ya en el siglo XIV Montserrat era, paradójicamente, un lugar al mismo tiempo exótico y cosmopolita. El resultado ha sido un número de ediciones y de grabaciones, donde lo histórico y lo imaginario (e incluso lo más contemporáneo) se mezclan en combinaciones que probablemente hubieran asombrado a los músicos del siglo XIV, pero en las cuales la vida y el valor artístico de las piezas brillan aun a través de todo lo que se les ha añadido. En este nuevo estudio y edición, Maricarmen Gómez Muntané, catedrática de Música Antigua en la Universidad Autónoma de Barcelona y la más importante historiadora sobre la música en la Corona de Aragón a fines del Medioevo, acopla una vasta erudición musical, histórica y cultural con una aguda sensibilidad estética, para presentarnos algo así como lo que la restauración de la Capilla Sixtina hizo para nuestro entendimiento del color en la pintura de Miguel Ángel. Una presentación de la música en toda su prístina claridad, con un estudio profundo de las tradiciones culturales que subyacen detrás de cada una de las piezas, con todas sus idiosincrasias. Algo que es muy valioso para los estudiosos como para los ejecutantes, y que hace más claro que nunca el valor artístico y cultural de las joyas musicales del Llibre Vermell.