Sophie enseña a transformar estos elementos intangibles en narrativas pictóricas mediante el uso de materiales tan insólitos y cotidianos como las virutas de madera o el polvo de los lápices, las cebollas o las hojas. Este libro, desarrollado a partir de talleres infantiles, es una auténtica fiesta visual que estimula el rico mundo imaginativo de los más pequeños. Es tan sencillo que los niños pueden usarlo sin ayuda de los adultos y resulta perfecto como actividad escolar o para el tiempo libre, pues incentiva el dibujo, la escritura creativa y la creación de libros. El prestigioso Banco del Libro ha premiado El libro de los libros entre los mejores libros de 2009 en el apartado de acierto editorial.