De «Suiza de Oriente Próximo» a paradigma de la violencia sectaria. El Líbano, aparentemente destinado a ser un ejemplo de democracia y convivencia intercomunitaria en la torturada historia de la región, se convirtió en epítome de sus conflictos. ¿A qué se debe el rápido deslizamiento del Líbano a partir de 1975 hacia una guerra de todos contra todos que se prolongó hasta 1990 y cuyos últimos episodios llegan hasta 2005, con el asesinato del primer ministro Rafic Hariri? Esta obra, de unos de los más lúcidos observadores y en muchos aspectos, protagonista de la historia reciente del país disecciona los distintos rasgos de la historia libanesa. Desde sus especificidades geográficas hasta las características y evolución de las distintas comunidades de base religiosa. Pone de relieve la razonable convivencia entre éstas, consecuencia de la tradición de (relativa) tolerancia de la dimma árabe y sobre todo del millet otomano, y su ruptura por las intervenciones «comunitaristas» de las potencias occidentales, que se inauguraron en la crisis de 1840-1860 y manifestaron su mayor virulencia durante la guerra civil. Sólida y documentada, totalmene puesta al día, pues estudia el asesinato de Hariri, sus implicaciones y consecuencias, esta obra ayuda a comprender la historia del país levantino. Y lo hace desmontando meticulosamente los tópicos que han presidido la interpretación occidental de los acontecimientos, para poner de relieve la escasa inocencia de dicha interpretación, en lo que se refiere al papel de los factores comunitarios y el de distintos Estados comenzando por Israel en una tragedia colectiva que no acaba de cesar.