El Instituto San Isidro ha sido un centro emblemático desde que a finales del siglo XVI se fundaran los estudios que constituyen su origen. Se relatan aspectos poco conocidos de este centro educativo como, por citar algunos, su actividad durante la guerra civil, su participación en exposiciones universales y en los movimientos de renovación pedagógica, la presencia de las primeras mujeres en sus aulas, la adquisición para sus gabinetes de las últimas novedades tecnológicas y pedagógicas o la instalación en sus dependencias de un observatorio astronómico. Todos ellos reflejan los esfuerzos realizados desde esta institución tanto para alcanzar y mantener una posición privilegiada en el seno de la comunidad educativa madrileña y española, como para situarse a la altura de otros establecimientos educativos europeos.