Ningún inspector del mundo tiene tantas medallas como el inspector Tigrili. No hay día que no detenga a un ladrón. Unas veces es por pura suerte y otras porque le ayuda su fiel sargento Meluca. Pero lo que está muy claro es que el inspector Trigrili es un fenómeno. Vale la pena seguir sus aventuras. Braulio Llamero ha creado un personaje que seduce al lector desde el primer instante, con humor desbordante y fantasía ilimitada.