Un pajarillo rojo intenso, las cartas de dos amigas separadas por los azares rumorosos del mar y el poder de una imaginación y poesía desbordantes condujeron a Amaury Pérez a esta aventura literaria, que no dudo en calificar ya como una de las novelas más originales y seductoras que se han escrito en nuestro país en los últimos años. La historia de Gretel y Gertrudis, que tiene sus raíces en una infancia común presidida por el legado amistoso de sus madres, es el hilo central de una obra donde el firme trazado de los personajes y la armoniosa pulcritud de un lenguaje lírico y sutil crean una suerte de fascinación de la cual es difícil escapar y que, sin embargo, se equilibra en perfecta conjunción con el desarrollo exquisito de la trama. Narrada en primera persona por Gertrudis, una de las protagonistas, la novela consigue una omnisciencia difícil de alcanzar cuando se apela a dicho recurso. Y es que las referencias a la vida de Gretel en Nueva York resultan amplificadas por la voz de Wolfgang (personaje de especial implicación dentro del argumento) y por un puñado de poemas y cartas que son también esenciales para comprender el mundo interior de la mujer que, pese a flotar como una sombra en el presente de la ficción, resulta, sin lugar a duda, la contrafigura imprescindible para la aparente convencionalidad de la vida en la Isla imaginaria y, sin embargo, identificable, donde se focaliza la acción.